25 Lamentaciones

25 Lamentaciones: Terapia para la aflicción.

Escrito por Jeremías se muestra la figura de Cristo al llorar por Jerusalén y algunas otras figuras del ministerio de Jesús basadas en el dolor y sufrimiento que experimento y todo por amor al Padre y a nosotros. Vemos que Jeremías se encontraba abatido en gran manera en su espíritu por la condición del pueblo, es una imagen del sentido de abandono y soledad que se siente cuando el corazón humano tiene dolor y sufrimiento y el espíritu del hombre sufre aflicción.

Pero en medio de nuestro dolor nos damos cuenta que el juicio de Dios o la corrección del Padre sobre nosotros es justa y amorosa en todo aspecto y la aceptamos concientes, pero somos carne y el dolor es inevitable al contemplar nuestro deterioro y la condición en la que el Señor nos tuvo que poner para que entendiéramos nuestro error, la acción disciplinaria amorosa de Dios es de tal magnitud y a impactado nuestra vida de tal manera que la desolación que sentimos nos pone en una situación de incredulidad a lo que estamos viviendo y todo por nuestra necedad y nos decimos ¿Qué es lo que he hecho?.

Así pues no queda más que humillarnos ante el Señor y discernir que el dolor y el sufrimiento son instrumentos de los que se vale Dios para hacernos entender que estábamos mal y fortalecer nuestro carácter para estar en condición de realizar su propósito.

Así pues Jeremías muestra sentido de desolación y abandono pero reconoce que Jehová es justo en su actuar y su juicio es muestra de su fidelidad en el amor hacia nosotros, así también Jeremías experimenta dolor personal pero también experimenta la misericordia de Dios al saber que Jehová cumplirá sus promesas de restituir y fortalecer el espíritu del hombre pero no sin antes doblegar por su gracia y con poder a la carne de manera definitiva.

Pero ahora viene lo maravilloso, al humillarnos ante el juicio de Dios reconocemos su soberanía sobre el universo y que el dolor que sufrimos es temporal y lo que importa no es el sufrimiento sino el que se realice la voluntad y propósito de Dios, así que no importa que muramos de dolor sino que comprendamos que la voluntad de Dios permanece eterna.

La enseñanza del dolor no es que nos demos cuenta que el ser cristiano es sufrido, no sino que Dios hace cuentas del costo de su obra y calcula con exactitud por lo que requiere hombres enteramente preparados, forjados y maduros en carácter para que cumplan con su propósito y en quienes pueda confiar su obra.

Así pues concluimos que Dios nos capacita en muchos modos y uno de ellos es el dolor y sufrimiento al que llegamos por nuestra iniquidad, pero lo importante es que una vez restaurados y capacitados cumpliremos el objetivo de Dios de estar listos para la batalla de someter al universo entero a la absoluta voluntad de Jehová de os ejércitos, si amen.